Biodiversidad ecuatoriana...Estrategias, herramientas e instrumentos para su manejo y conservación

Abstract

Posiblemente la primera iniciativa para conocer y tratar la biodiversidad, es la conferencia de las Naciones Unidas sobre medio ambiente humano reunida en Estocolmo (Suecia) en 1972; asistieron representantes de 113 países, y es reconocida como el comienzo de la conciencia política y pública de los problemas ambientales. Constituye el primer esfuerzo para instituir un orden ecológico y racional del ambiente, ante las amenazas de su deterioro, que no es reciente pues, ya en 1872 el científico escocés Roberth Angus Smith se refirió a la lluvia ácida, por ejemplo. La declaratoria de Estocolmo consiguió principios esenciales sobre el manejo ambiental y abrió el dialogo entre los países industrializados y los países en vía de desarrollo sobre los vínculos existentes entre el crecimiento económico, la contaminación y el bienestar de los pueblos. Luego de una década, la Asamblea General de la ONU aprobó en 1982 la Carta Mundial de la Naturaleza, que se sustenta en la premisa de que la especie humana es parte de la naturaleza y la vida depende del funcionamiento ininterrumpido de los sistemas naturales, fuente de energía y materias nutritivas. En junio de 1992 se celebró en Río de Janeiro, la conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo con el propósito de actualizar las tendencias internacionales sobre la materia. Participaron 178 países, 400 representantes de organizaciones no gubernamentales (ONGs) estuvieron presentes. El resultado fue la declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, que aclara el concepto de desarrollo sostenible. En dicha reunión denominada también Cumbre de la Tierra se adoptaron algunos instrumentos multilaterales como: la declaración de Río y principios relativos a los bosques, el convenio sobre Diversidad Biológica, el convenio sobre el cambio climático y el programa (agenda) 21. Todos estos instrumentos están ligados con conceptos de desarrollo sostenible, no previsto en la declaración de Estocolmo. El Convenio sobre la Diversidad Biológica trata de regular y defender los derechos de la naturaleza, a conservar y manejar la diversidad biológica y principalmente respetar el derecho de los pueblos. Cuando se cumplieron 10 años de la conferencia de Río de Janeiro, se realizó en Johannesburgo (Sudáfrica) entre 26 de agosto al 4 de septiembre del 2002, la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible, bajo el paradigma de “satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer la de las generaciones futuras”, que es un paradigma que la mayoría de estados y ONG internacionales impulsaron en esa época (El Comercio, 14 de abril del 2006). Pese a todas estas iniciativas, el actual orden internacional vuelve vulnerables a los bosques, agua, fauna y flora de los países del Sur, entre éstos el Ecuador, y pone en riesgo la supervivencia de los pueblos indígenas. Sin embargo, el proceso de globalización que implica homogeneización y la valoración mercantil de los diferentes aspectos de la vida, la inmediatez y la concentración de los beneficios para los más eficientes en mercado, ha abierto también una ventana a nuevos valores como el respeto a la naturaleza, a la diversidad y a la diferenciación genética. De aquí en adelante son varios los esfuerzos por impulsar la conservación, así, en el año 2010 fue declarado el año internacional de la Biodiversidad, el año 2011 el año internacional de los bosques, iniciativas que resultaron ser muy motivadoras para que los países sigan trabajando en la conservación