Necesidad de instaurar la falsedad de una denuncia y el daño moral causado en el delito de violación, en el Código Orgánico Integral Penal Ecuatoriano

Abstract

Durante mucho tiempo en nuestro país hemos visto que muchas personas causan daño sin embargo no reparan al damnificado. Fácilmente entendemos que la comisión de cualquier delito causa daño, ese daño es castigado mediante las sanciones determinadas en el Código Orgánico Integral Penal con lo que el estado y la sociedad retribuirían a la víctima el pago por el daño recibido, sin embargo a mi criterio el campo penal debería tomar medidas de reparación más severas en contra de aquellas personas que realizan una denuncia a su antojo y recubierta en cierta forma de falsedad especialmente en el delito de violación que es utilizado muy comúnmente para tratar de alcanzar una pena máxima en contra de una persona denunciada falsamente, de lo manifestado surgen algunas interrogantes como: ¿Qué sucede con las personas que han sido denunciadas falsamente, fundamentalmente de haber cometido un delito sexual como el de violación? ¿Cubre y repara la declaración temeraria y maliciosa de una denuncia el daño moral ocasionado a una persona substancialmente cuando la misma es falsa? ¿Cuál es la diferencia entre la declaración de falsedad; y, la declaración de maliciosa de una denuncia consagrada en el Art. 271 del código orgánico integral penal vigente en nuestro país?

El Código Orgánico Integral Penal en su exposición de motivos manifiesta: “El derecho penal tiene, aparentemente, una doble función contradictoria frente a los derechos de las personas. Por un lado, protege derechos y, por otro, los restringe. Desde la perspectiva de las víctimas, los protege cuando alguno ha sido gravemente lesionado. Desde la persona que se encuentra en conflicto con la Ley penal, puede restringir excepcionalmente sus derechos, cuando una persona vulnera los derechos de otras y justifica la aplicación de una sanción. Por ello, el derecho penal debe determinar los límites para no caer en la venganza privada, ni en la impunidad.

El Art. 76 de la Constitución ordena que las penas estén acorde con el principio de proporcionalidad, es decir, debe existir cierta relación coherente entre el grado de vulneración de un derecho y la gravedad de la pena.

Además, la Constitución en su Art. 78 incorpora la figura de la reparación integral. Para ello se integran algunas instituciones, con el fin de evitar la severidad del derecho penal y procurar que las soluciones sean más ficaces” .

Lo que fácilmente nos hace pensar que el Estado Ecuatoriano al determinar una pena no tiene otro fin sino el de reparar el daño causado a una afectación recibida, sin embargo a mi criterio esta reparación debería garantizar también a la persona que ha sido denunciada falsamente, en función del daño moral ocasionado en su contra, el mismo que consiste en el dolor, la angustia, la aflicción física o espiritual, y en general, los padecimientos infringidos por el evento dañoso. El daño moral se considera una modificación del espíritu en el desenvolvimiento de su capacidad de entender, querer o sentir, que se traduce en un modo de estar de la persona diferente de aquél en que se hallaba antes del hecho, radica en las consecuencias o repercusiones morales o espirituales, es el perjuicio sufrido a la psiquis de una persona, es la trasgresión a los derechos personalísimos de una persona a través de un agravio a la dignidad, honorabilidad, sosiego, integridad física, privacidad, o cualquier elemento que altere la normalidad facultativa mental o espiritual. La ley penal no debería dejar sin protección a los seres humanos frente a denuncias falsas que traten únicamente de manchar el honor y buen nombre de las personas por parte de inescrupulosos que nada tienen que perder, dado de que una persona de reconocida solvencia moral en cualquier momento no pueda ser atacada por un resentido social. Se debe entender que la honra, que de paso tiene muchas acepciones tales como: Estima, respeto, buena opinión y fama adquirida por la virtud y el mérito de una persona, no puede ser mancillada por nadie; entonces, se necesita dureza judicial contra aquellos.

Desde la perspectiva de la degradación paulatina de la humanidad, el ser humano ha tratado siempre hacer uso de las herramientas a su alcance para poder conseguir fines y objetivos, algunos de una forma adecuada y positiva y otras con el afán de hacer daño y sacar provecho de la situación, es así que muchas veces se ha hecho mal uso del llamado delito de violación para utilizarlo como punta de lanza para lograr y conseguir objetivos diferentes a los que el legislador estableció para proteger un bien jurídico convirtiéndose entonces el denunciado en “víctima de la presunta víctima