La participación como circunstancia o condición que limita o grava la responsabilidad, debe volver a su clásica concepción: autor, cómplice y encubridor

Abstract

En el presente trabajo de investigación que se menciona bajo la modalidad de tesis hace referencia a un problema jurídico que merece modificarse para obtener una solución y poder de la misma manera superar la problemática socio jurídica que se encuentra identificada en la promulgación del Código Orgánico Integral Penal, haciendo referencia a la eliminación de la responsabilidad que le correspondía a la figura jurídica del encubrimiento, obviando la responsabilidad que le debe ser atribuida al individuo en el cometimiento del acto ilícito, ya que el encubridor conoce la perpetración de un crimen o de la misma manera los actos ejecutados para llevarlo a cabo, sin ser juzgados de manera correcta dando paso a las cláusulas de extensión del tipo penal, de acuerdo a su grado de participación. En el artículo 44 del Código Penal derogado decía: “Son encubridores los que, conociendo la conducta delictuosa de los malhechores, les suministran, habitualmente, alojamiento, escondite, o lugar de reunión o les proporcionan los medios para que se aprovechen de los efectos del delito cometido; o los favorecen, ocultando los instrumentos o pruebas materiales de la infracción, o utilizando las señales o huellas del delito, para evitar su represión y los que, estando obligados por razón de su profesión, empleo, arte u oficio, a practicar el examen de las señales o huellas del delito, o el esclarecimiento del acto punible, oculten o alteren la verdad, con propósito de favorecer al delincuente”. Dando paso al artículo 272 del Código Orgánico Integral Penal, como delito autónomo, bajo el delito de fraude procesal que menciona que: “La persona que con el fin de inducir a engaño a la o al juez, en el decurso de un procedimiento civil o administrativo, antes de un procedimiento penal o durante él, oculte los instrumentos o pruebas, cambie el estado de las cosas, lugares o personas, será sancionada con pena privativa de libertad de uno a tres años. Con igual pena será sancionada quien conociendo la conducta delictuosa de una o varias personas, les suministre alojamiento o escondite, o les proporcionen los medios para que aprovechen de los efectos del delito cometido, o les favorezcan ocultando los instrumentos o pruebas materiales de la infracción, o inutilizando las señales o huellas del delito o el esclarecimiento del acto punible, oculten o alteren la verdad, con propósito de favorecerlos. Por lo expuesto, es necesario el esclarecimiento del encubrimiento, ya que la acción de encubrir un delito no tenga que ser considerada como una conducta posterior a la ejecución de un delito cualquiera, habida cuenta que existe la posibilidad de que los encubridores quedarían impunes y por ende no solo que la víctima queda burlada, sino que la justicia se convierte tácitamente en una norma en blanco. Por ello, la figura del encubrimiento debe volver a su clásica concepción: autor, cómplice y encubridor, para que en igual condición sean juzgados en un mismo proceso, en el cual se determine su inocencia o responsabilidad.