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Título : Necesidad de reglamentar cualquier forma de intromisión política en el interior de los regimientos militares y de la policía nacional
Autor : Max Tandazo
Marizaca, Glicerio
Fecha de publicación : 2011
Resumen : En nuestro país, se considera que está viviendo un régimen democrático, en el cual ”la democracia es una forma de gobierno, de organización del Estado, en la cual las decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo mediante mecanismos de participación directa o indirecta que le confieren legitimidad a los representantes. En sentido amplio, democracia es una forma de convivencia social en la que los miembros son libres e iguales y las relaciones sociales se establecen de acuerdo a mecanismos contractuales”.1 La democracia se fortalece con las elecciones, la cual la podemos definir como la “decisión de selección de sufragio y nombramiento entre otros vocablos afines; por lo general se asocia este término a la palabra sufragio”2 Ahora bien, la Ley Orgánica de Elecciones en su Art. 1 define (elección o sufragio) como el “derecho y deber de los ciudadanos ecuatorianos de acuerdo a la Constitución y esta Ley por medio de él se hace efectiva su participación en la vida del Estado”3 Las Fuerzas Armadas de un Estado son sus Ejércitos y Cuerpos Policiales. Existen como medio para la defensa nacional del país, y en su caso también poder atacar favoreciendo la política exterior de su cuerpo diplomático. En el caso de los cuerpos policiales su objetivo es usar la fuerza de forma controlada para imponer el orden y hacer cumplir la legislación. En algunos países los gobiernos tienen Fuerzas Armadas irregulares que se llaman grupos paramilitares. El estudio del empleo de las Fuerzas Armadas es conocido como la ciencia militar. En sentido amplio esto involucra la consideración de ataque y defensa en tres "niveles": estrategia, arte operativo y táctica. Cada una de estas áreas estudia la aplicación del uso de la fuerza para alcanzar un objetivo deseado. La Fuerza Pública está dividido en varias ramas, así, Fuerza Terrestre, Fuerza Aérea, Marina y Policia Nacional y nuestro país no es la excepción, las cuales son ramas completamente independientes responsables de conducir operaciones independientemente de los demás servicios. La Función dada a las Fuerzas Armadas es de defensores del orden democrático, dentro de los límites constitucionales dados por las leyes pertinentes. Dentro de América Latina se está dando una nueva corriente la cual es el voto de los militares, como el caso de Venezuela y Brasil, en el cual nuestro país, mediante la Asamblea de Montecristi del 2008, incorporo como norma constitucional el voto facultativo de los militares. Conceptos como el de que las Fuerzas Armadas no son deliberantes contrastan con la realidad histórica en la que ha sido permanente la intervención de ellas ya sea en la defensa del sistema vigente, en el desarrollo económico y hasta en toma del control del Estado; en realidad, han ejercido, como es evidente, un amplio criterio deliberativo. En cuanto a los derechos políticos, la Constitución de 1998 establecía, en el Art. 27, que “el voto popular será universal, igual, directo y secreto; obligatorio para los que sepan leer y escribir, facultativo para los analfabetos y para los mayores de 65 años...” y en el siguiente inciso, establece que “Los miembros de la fuerza pública en servicio activo no harán uso de este derecho”. Como sabemos, este derecho, a lo largo de nuestra tortuosa historia, no ha sido siempre ni “universal”, peor “igual”; inicialmente este derecho estaba circunscrito a una pequeña élite de ciudadanos privilegiados, con un caudal en metálico que estaba expresamente señalado en la Carta Magna, es decir que el carácter de “universal” era un mito. La mujer también estaba excluida de este derecho: el argumento para negarle el derecho al voto era que iba a ser influenciada en su decisión por su marido; luego de largas luchas, recién en 1929 se consagra este derecho a favor de la mujer, por tanto el carácter de “igual” era una quimera. Para otorgarles este derecho a los ciudadanos analfabetos fueron necesarios muchos años de discusiones, se esgrimieron argumentos hasta disparatados. En las constituciones de la mayoría de países sudamericanos se consagra el derecho al voto de los militares en servicio activo a excepción de Colombia y Perú. En Chile se estableció este derecho solo para oficiales en la Constitución de 1925 y para la tropa, incluidos los conscriptos, desde la Constitución de 1980. Obviamente están severamente prohibidos de realizar proselitismo político, peor campañas electorales, dentro y fuera de los cuarteles. Antes del año 2008, en el Ecuador a los militares y policías en servicio activo estaban privados de este derecho y más bien se les ha confiado el resguardo de los procesos electorales, para "garantizar" la pureza del sufragio y para evitar la violencia político-partidista en el proceso de las votaciones. Es decir, que los ánimos exaltados durante la campaña electoral no se extiendan violentamente hasta las urnas electorales; más allá de esta responsabilidad, se esconde lo que llamaría la "cultura" de la desconfianza que existe en nuestro país. Todo el temor que existía para negarle el voto a los militares en servicio activo, en nuestro país, está condensado en las palabras politización y despolitización de las Fuerzas Armadas. Para los grupos de poder, politización de las Fuerzas Armadas es el "peligro" de que estas adquieran la conciencia clara de toda la problemática económica, social y política del país. Despolitización significa mantener a las Fuerzas Armadas apartadas de la realidad, sometidas a los poderes de los grupos de presión, por tanto, obedeciendo ciegamente a sus intereses. Pero esto, cambió después del año 2008, en la Asamblea Nacional de Montecristi, en el cual se le otorgo legítimo derecho que les asiste a todos los ciudadanos de nuestro país, para que el voto sea realmente "universal" e "igual" para todos los ecuatorianos. Esto se consagro a través de la Constitución de la República, en su art. 62, en el cual los integrantes de las Fuerzas Armadas y los discapacitados podían votar en temporadas de elecciones. En las elecciones del 2009 los uniformados en servicio activo por primera vez ejercieron el derecho al voto, al igual que el resto de ciudadanos, no ocurrió absolutamente nada anormal; no solo durante la jornada cívica, sino durante toda la campaña electoral. Esto es importante señalar y resaltar porque es una demostración de que podemos romper los temores y tabúes que normalmente tenemos los ecuatorianos; lo importante es ir perfeccionando el sistema; si bien es cierto que el voto fue facultativo, es decir estaba dentro de la voluntad de los ciudadanos militares y policiales, no es menos cierto que no se le dieron las facilidades necesarias; al respecto hay una justificación, la mayoría de los militares estaban empadronados en un lugar y se encontraban en otro sitio del país cumpliendo su servicio, situación que les impedía sufragar.
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