“EL DESARROLLO DE LA AUTOESTIMA COMO ELEMENTO ESENCIAL DE LA PERSONALIDAD DE LOS NIÑOS DE PRIMER AÑO DE EDUCACIÓN BÁSICA DE LOS CENTROS EDUCATIVOS “ZOILA ALVARADO DE JARAMILLO” Y “MIGUEL ÁNGEL SUÁREZ ROJAS” DE LA CIUDAD DE LOJA. PERÍODO LECTIVO 2008-2009. LINEAMIENTOS PROPOSITIVOS”

Abstract

La Universidad Nacional de Loja, conjuntamente con todos sus estamentos y demás fuerzas sociales, frente a los retos que se presentan hoy en día en nuestra sociedad, compromete a quienes egresan de sus aulas a renovar esfuerzos en la consecución de metodologías innovadoras y actitudes altamente humanistas para el desarrollo de la ciencia, en procura de un cambio sustancial de la comunidad. En este sentido, debemos tener presente que la educación constituye el motor que mueve el cambio y desarrollo de las diversas tecnologías al servicio de la humanidad; por lo tanto, resulta importante determinar la enorme responsabilidad que tienen todos aquellos que toman como misión la formación integral de niños y jóvenes. De ahí que, la formación educativa que se ofrece tanto en los establecimientos educativos como en los hogares, deben estar dirigidas a cultivar la originalidad y espontaneidad del estudiante; evidentemente esto sólo puede ser posible cuando se han hecho uso de métodos y estrategias acordes a su desarrollo, donde su autoestima esté bien cimentada y proyectada a un correcto desarrollo emocional y un alto equilibrio social, acordes con la realidad de su entorno. Toda persona, desde su niñez y a lo largo de su vida, va tomando conciencia, no siempre acertada, de sus propias aptitudes, cualidades y del grado de aprobación social que recibe. También constata sus fracasos, desilusiones, incapacidad y limitaciones. Estas percepciones constituyen un crédito o un débito en la cuenta personal del individuo frente a la sociedad. La autoestima infantil es la configuración organizada de su propia imagen la misma que se va edificando a partir de la percepción de sus capacidades o de sus limitaciones. La autoestima es para el niño como su retrato consciente, su autenticidad, cómo se considera a sí mismo, lo que espera de sí y de su capacidad; es su documento de identidad interior. Esta configuración les facilita o les dificulta el modo de conducirse frente a los demás. Tal acumulación de experiencias, junto con los ideales y valores adquiridos a través de la educación, se incorporan a la personalidad del sujeto hasta formar una estructura organizada que le permite actuar con mayores o menores garantías y alcanzar uno u otro grado de bienestar interior, es el único atributo exclusivo del ser humano que lo distingue de los demás seres biológicos, los cuales desarrollan sus diferentes conductas sobre la base de instintos, condicionamientos genéticos o tendencias automáticas de ataque o defensa. La experiencia del niño en busca de su propia identidad empieza desde que nace y se acrecienta con su paulatino desarrollo, por efecto del ambiente que lo rodea, por las lecciones que los padres le dan en las pequeñas actividades cotidianas, por los afectos y cuidados que le prodigan, tíos, abuelos y amigos. De este modo se construye esta maravillosa cadena que permite el desarrollo y el crecimiento del niño hasta llegar a su autoconocimiento y a una madurez plena. Desde lactante, especialmente a través de la interacción con la madre, va adquiriendo la conciencia de sí mismo, apercepción que contribuye significativamente a formar en el niño una personalidad única e irrepetible.