Refórmese el art. 40 del Código Penal, respecto de la inimputabilidad por minoría de edad

Abstract

La adolescencia sin lugar a dudas es una etapa llena de cambios y modificaciones tanto físicas, psicológicas, fisiológicas y –por qué no- sociales, si tenemos en cuenta que cada vez más los adolescentes están dotados de un gran acceso a la información razón por la cual estamos frente a un “tipo diferente” de adolescentes respecto de la antigüedad por lo que se hace necesario, realizar un estudio crítico de la importancia de este grupo “vulnerable” dentro de la sociedad. La presente investigación busca interiorizar respecto de las acciones cometidas por adolescentes y su impacto en el ámbito social y jurídico, teniendo en cuenta a la imputabilidad de los menores de edad –dentro de este grupo inclúyase los adolescentes- como eje fundamental de la investigación, al considerar genéricamente a los menores de edad, cuando es obvio las notables diferencias entre un infante y un adolescente. Al respecto algunos países de la región han mostrado ciertos avances en cuanto a clasificar a los menores de edad de acuerdo a su edad, en grupos estableciendo edades en las que se consideran imputables a los menores de edad, teniendo en cuenta que –si bien es cierto no han alcanzado una madurez psíquica completa- muchos de ellos están en condiciones de conocer la existencia de normas que rigen la sociedad y las consecuencias que traen consigo no acatarlas. En el transcurso de esta investigación es de vital importancia realizar un estudio psicológico, criminológico, victimológico, sociológico y demás, dado que las circunstancias que envuelven un crimen cometido por un adolescente están provistas de un sinnúmero de componentes que obligan a no limitarnos a la hora de buscar una solución a este notable problema que es la delincuencia juvenil. Es preponderante el análisis de los tipos de justicia, y las acciones posteriores al cometimiento del delito impuestas al infractor: “En la justicia retributiva los delitos son considerados como acciones en contra del Estado, es por ello que para reprimir la delincuencia no existe otro camino que cárceles más grandes, sentencias a mayor número de delincuentes, condenas más largas, repudio social, exclusión comunitaria. Para la justicia restaurativa, por el contrario, el delito es el acto que daña a la víctima, y no solo una infracción a la ley penal; la victima ocupa un lugar central en el proceso y el éxito de este se mide de manera distinta a como lo hace la justicia convencional; es decir, no hace énfasis en cuanto castigo se infringió, sino en cuanta reparación hubo.” Esta concepción que ya la están manejando ciertos países podría ser una iniciativa a tener en cuenta por parte de nuestro país, que busque no solo la sanción del infractor sino una reparación del daño si fuere posible, lo que de igual modo colaboraría en la rehabilitación del infractor, al reivindicarse de sus actos con una acción en pro de resarcir su transgresión de la ley