NECESIDAD DE MEJORAR LA REGULARIZACIÓN EN LA EMISIÓN DE LICENCIAS DE CONDUCIR NORMALIZADO EN EL TÍTULO I, CAPÍTULO I DE LA LEY ORGÁNICA DE TRANSPORTE TERRESTRE, TRÁNSITO Y SEGURIDAD VIAL, EN EL ECUADOR.

Abstract

El tránsito terrestre automotor ha aportado extraordinarios beneficios no únicamente en las comunicaciones internas entre los estados, sino también en el campo de las relaciones internacionales, pero a la vez ha sido fuente de daño a las personas, animales o cosas, ya sea por la deficiente construcción y mantenimiento de las vías inadecuadas en su mayoría a las crecientes exigencias del tráfico motorizado, o por la falta oportuna de los vehículos que llevan largo tiempo de utilización, y principalmente, por culpa de los conductores que con extremada frecuencia incurren en actos de imprudencia, negligencia o impericia, o en la violación de leyes, reglamentos, órdenes o disciplinas relacionadas con la circulación. En cuanto a las licencias de conducir, el usuario de las vías públicas debe tener conocimiento de las obligaciones que le incumben, así como la conciencia de poderlas cumplir. De ahí proviene la exigencia de quienes conducen vehículos o animales deben poseer condiciones físicas y síquicas de idoneidad. En cuanto a la edad la ley establece el mínimo para obtener licencia de conducción de cada categoría de vehículos, sin embargo no estipula en el caso de las personas que sobrepasan los 65 años, indicando que se someterán al Reglamento, el cual estipula que deberán someterse a exámenes exhaustivos para determinar su idoneidad, sin embargo la norma es ambigua, y permite que los mismos pasen las pruebas sin mayores controles, y lo que es peor que se les renueve cada cinco años, poniendo en peligro si situación vulnerable propia de la edad, que en muchos de los casos ya no poseen las condiciones físicas y psíquicas para conducir, tornándose en un peligro inminente para las vías. Otro aspecto que resulta preocupante en la actual regularización de las licencias de conducir, es que se les otorga la facultad para que las Escuelas de Conducción realicen las pruebas médicas y psicosensométrica, lo que para mi punto de vista y éstas al ser instituciones con fines de lucro, no son las indicadas para salvaguardar la veracidad en cuanto a la condición física y psíquica del conductor.