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Título : Conocimientos y prácticas de la medicina tradicional en los pueblos de los andes bajos, en el periodo republicano temprano 1822 - 1950.
Autor : Vivanco Criollo, Ketty Mireya
Encarnación Esparza, Karina Rocío
Morocho Castro, Patricia Alexandra
Fecha de publicación : 2009
Resumen : Ecuador es un país que, como nación/estado recién tiene 177 años, pues como región continental, “los datos de la Arqueología nos muestran, cada vez con mayor seguridad, que la América precolombina fue poblada desde el continente asiático, a través del estrecho de Bering, hace 40 000 ó 50 000 años” , y más específicamente, “En el caso de Andinoamérica Ecuatorial, las actuales eviden¬cias arqueológicas permiten afirmar que el hombre inició el poblamiento de su territorio hace unos 13 000 ó 14 000 años. (…) En el lapso comprendido entre 14000 y 3900 a. C., de¬nominado Paleoindio, las in¬vestigaciones arqueológicas destacan la importancia de los asentamientos serranos de cazadores y recolectores al pie del volcán Haló, en la provincia de Pichincha, fe¬chados hacia el 9000 a. C. Más recientes son los restos encontrados en la cueva de Chobshi, en la provincia de Azuay, y en el sitio de Cubi¬lan, en la provincia de Loja, ambas correspondientes al 8000 a. C. Una antigüedad parecida presentan los vestigios costeros de Las Vegas en la península de Santa Elena y la fase precerámica de Jondachi en el alto Napo” . Luego, desde el 1700 al 500 a. C. se constituye, en el sur del reino de Quito, en el sector de los Andes Bajos. “La tradición formativa en la Provincia de Loja se concentra en el Valle de Catamayo, en los sitios Trapichillo, El Tingo, Guayabal, Cuyes I y III, La Vega y Pucará” , en donde se encuentran recipientes globulares, cerrados, vasos con motivos decorados por incisión o gravado, los cuales parece, se relacionan más con la conservación de alimentos. A pesar de su antigüedad Catamayo (1700 a. C.) se muestra con una tradición plenamente desarrollada, lo que deja entrever un ancestro aún desconocido…, ; en el período de los Desarrollos Regionales, desde el año 500-300 a. C (?), a 500 de nuestra era, se observa una continuidad en la cerámica encontrada, aunque se observa una aumento en el grosor de las paredes y los tamaños de los recipientes, lo cual explica quizá, un crecimiento productivo y demográfico, por cuanto éstos servían para el almacenamiento de agua y alimentos. Aquí se distinguen ya los poblados de Catamayo, Catacocha y Cariamanga, con diversos estadíos de desarrollo. Conclusiones generales permiten afirmar que hubieron contactos entre Catamayo y Catacocha, más no con Cariamanga que denota aislamiento, o quizá contacto cultural o pertenencia a otro conjunto cultural, con el norte de Perú. (Idrovo-Dominique, 1994). En cuanto a los contactos con la sierra norte y el área de Narrío, estos cada vez son más difusos, incluyéndose mejor hacia la costa sur, con Jambelí. La ruta del río Catamayo sería la que les permitió entablar relaciones con varias culturas, como Sechura y Virú, siempre en el Norte peruano. (Idrovo-Dominique, 1994) En el período de Integración de los territorios, entre el 500 d.C y 1500 d.C., “…la sociedad se estratificó y los intercambios comerciales, así como los cultos religiosos públicos, fueron monopolizados por una casta que rápidamente conquistó la preeminencia social. Aparentemente no se puede confirmar la existencia de un poder político reconocido, pero si de la aparición de un grupo dominante, económicamente poderoso y oligárquico que ejercía el poder en la sociedad”. Se establecieron grandes centros ceremoniales y cementerios para enterrar a sus muertos. La cerámica se perfeccionó y pasó de ser exclusivamente utilitaria a tener representaciones artísticas. En el Sur del reino de Quito “se supone la presencia de poblados que integrarían a otros sectores, asentados en zonas próximas pero de manera dispersa junto a sus tierras de cultivo ; el levantamiento de terrazas agrícolas en las elevaciones de las montañas es característico de este período, pero además los poblados serían de poca extensión, salvo excepciones como Catacocha y Cariamanga; Y, en cuanto a material cultural, la cerámica tanto en pasta, como en decorados fueron especiales, de manera que Idrovo y Dominique (1994) señalan una ruptura estilística con las tradiciones de los Desarrollos Regionales de la sierra norte. Ya en la época de la primera invasión inkaica, hacia 1450, la influencia de esta cultura, al parecer no fue total en la región de los Paltas, por el carácter disperso y belicoso de sus pobladores: malacatos, chaparras, xiroas, calvas, ayabacas, caxas o guayacundos y otros, todos de filiación jivaroana, a quienes Huayna Capac pensó conquistar, “y dio principio a su empresa pretendiendo sojuzgar a los Pacamoros, habitantes de la selva de Jaén y Chinchipe; pero se encontró con gente muy aguerrida, disciplinada y muy diestra en el manejo de las armas y después de sufrir una serie de derrotas, desistió en su empeño”… “Los incas no volvieron ha hacer más tentativas para someterlos y siempre los consideraron indomables” . Los Paltas se mantuvieron constantemente en pie de lucha ante los invasores y prefirieron agazaparse en la selva que ser conquistados. Lo cual puede sostenerse, según Anne Christine Taylor, puesto que al momento de la colonia no se encontraron vestigios de la cultura inka en la región de la Provincia de los Paltas. Por tanto la hipótesis de que la cultura Palta era de origen amazónico y más precisamente de filiación lingüística jívaro o shuar, es bastante antigua, pues ya Jijón y Caamaño, en 1919, y P. Rivet después en 1930 y 1934, la plantearon con toda claridad. (Taylor y Landázuri 1994) “En el año de 1513, saludaron los españoles, por primera vez, las mansas olas del Pacífico; y 13 años más tarde, el 21 de septiembre de 1526, saltaron a tierra ecuatoriana el Piloto Bartolomé Ruiz, con Pizarro y Almagro con unos cuantos aventureros” … Es entonces que, se produce la invasión española a nuestro territorio y, en “1532 Pizarro llega a Cajamarca, en 1533, los españoles capturan y asesinan a Atahualpa; desde entonces los españoles asumen el poder omnímodo y recrudece su cruzada de invasión/conquista de territorios en todo el territorio del reino de Quito. En 1535, expedición de Alonzo de Alvarado desde Chachapoyas a Bracamoros (desembocadora del Chinchipe); en 1538 expedición de Alonzo de Mercadillo hasta el Marañón; en 1540 expedición de Núñez de Bonilla hasta Quizne y Macas; en 1541 expedición de Pedro de Vergara a los Bracamoros de Zamora; 1542, expedición de Diego de Torres hacia Quizne y Macas; entre 1542-1543 posible expedición de Pedro de Vergara a la misma región; 1543 Díaz de Pineda reduce a los Cañar y a los Paltas Serranos; 1546, Mercadillo funda Loja; 1548; La Gasca divide el Oriente de Quito en 4 conquistas: Bracamoros, Yaguarzongos, Macas y Quijos; … Primera expedición de Juan de Salinas, pacificación de la zona del Chinchipe y del Santiago, fundación de Valladolid (1557), y Santiago de las Montañas (1558);… 1560 Salinas recibe la conquista de Yaguarzongo y Bracamoros, con franquicias para cinco años sobre Loja, Jaén, Cuenca y Piura . Como vemos se inicia la etapa oscura de nuestra historia, en la que, si bien se construyen grandes ciudades, en cambio empieza a reducirse y a dominarse nuestra cultura: creencias, costumbres, lenguaje, organización, nuestras prácticas de salud y de cuidado de la enfermedad, que fueron consideradas salvajes, rudas, toscas, todo bajo el imperio de la espada y la cruz y por medio de los mecanismos de la palabra, la fuerza y la evangelización. Sobre los templos aborígenes se construyeron grandes iglesias católicas, las prácticas rituales fueron denominadas herejías y proscritas. La Mita, los obrajes y la minería fueron las principales entidades de superexplotación a los/as indígenas Las fundaciones de las grandes ciudades Quito (1534), Portoviejo y Guayaquil (1535), Loja (1546), Zaruma y Zamora, Cuenca (1557), se había concretado y, ahora, las expediciones de conquista se dirigieron al oriente, allí se fundaron muchas ciudades como Santiago de las Montañas, Jaén y Valladolid. Los virreyes y Presidentes fueron designados y el 29 de agosto de 1563 se designa a Quito como Real Audiencia. Se crearon grandes latifundios a partir de la posesión, las donaciones de la corona en pago de servicios, la compra a fuerza de las tierras a indígenas y aun por medio de testaferros… los acaudalados “se apoderaron cada vez de más tierra realenga sin cultivar. Se originó el típico latifundio americano, la hacienda, que en el siglo XVIII alcanzó su desarrollo pleno.” La Iglesia Católica también constituyó su inmenso latifundio eclesiástico. Grandes flujos de emigrantes europeos, y con ellos, casi inmediatamente a la invasión de 1492, comenzó el desplazamiento de población africana hacia América, ya sea como cargamento comprado, como esclavos de los españoles o como domésticas que llegaban con sus amos. Los negros y negras mostraron mucha fortaleza, alegría y más valor y habilidad para trabajos fuertes, en los cuales los indios e indias eran débiles y morían rápidamente. “Un exterminio despiadado de la población aborigen que opusiera re¬sistencia a los colonialistas, un trabajo de forzados en las minas y una explotación de tipo medieval en las haciendas de los españoles y sus descendientes, los criollos: tal era el destino reservado a los indios que sobrevivían. Los hacendados y los funcionarios empleaban a es¬clavos negros traídos de África como sirvientes domésticos y como mano de obra en las zonas donde la población india había sido exter¬minada. España contenía por todos los medios el fomento de cultivos que pudieran competir con los metropolitanos. Estaba prohibido a las colonias comerciar con países extranjeros y rigurosamente limitado el comercio entre ellas.” “Los españoles llegados a las colonias se enriquecían en poco tiempo mediante el saqueo y la explotación y se repatriaban cargados con las riquezas expoliadas. Los descendientes de los conquistadores y los criollos se habían convertido en grandes hacen-dados parasitarios y déspotas de la población local y de un sector bastante numeroso de mestizos y mulatos dedicados a la artesanía, al pequeño comercio y al servicio de españoles y criollos. Ahora bien, estos últimos eran prácticamente eliminados de la administración colo¬nial, y veían restringidos sus derechos económicos y políti¬cos” . La interrelación entre indios e indias, negros y negras, europeos y europeas, se fue fortaleciendo y de su cruzamiento resultó una numerosa población mestiza. “Estos procesos de mestizaje constituyeron el fundamento para la génesis de los nuevos pueblos de América”. Con el mestizaje también se fueron ocultando cada vez más, en las haciendas, en las casas indígenas, en las familias indias, negras y aun mestizas, las prácticas, conocimientos, costumbres y creencias ancestrales —por el miedo y la represión de que fueron objeto por parte de la administración española y la clerecía— que, fueron mixtificándose hasta formar verdaderos “engaños” y disfraces, los cuales en muchos aspectos se conservan hasta hoy. El mestizaje ya casi dominaba las colonias, en apenas tres cuartos de siglo se había modelado en el país una nueva cultura, con una fisonomía propia y con sentimientos de libertad intensos que se expresan en los innumerables eventos de insurrección como la batalla de Iñaquito que evoluciona hacia la Revolución de las Alcabalas. Aunque a nivel mundial venía en auge el desarrollo del capitalismo, la revolución industrial y la producción manufacturera era remplaza por la máquina y el pensamiento liberal era la bandera de la población europea y estadounidense; en América hispánica se producía textiles todavía en forma manual, los que eran muy apreciados y exportados a España y a otras regiones de América. La religión oficial y obligatoria era la católica, bajo cuya encíclica debían estar todos/as fundamentalmente los/as indígenas, y los mestizos/as, criollos/as y españoles/as de la presidencia de Quito; y, la gran mayoría de indígenas había mimetizado sus creencias naturales con las sobrenaturales y vivían en el temor del Dios europeo, hacían sus prácticas según el estilo europeo, sin una mínima reflexión, pero con su matriz indígena llevándolos desde sus entrañas a mantener sus creencias. La cultura en general se había sincretizado por lo que las costumbres, creencias y prácticas respondían a un proceso de conciliación acrítica de la doctrina española y la aborigen. De otra parte, varias fueron expresiones libertarias de indígenas, mestizos y criollos en contra del yugo español que los había sobre explotado. La Revolución Francesa (1789) con sus proclamas de libertad, igualdad y fraternidad y la independencia de Estados Unidos (1774), conmueven a las masas de América y al andamiaje del colonialismo. En Quito varios precursores alzaron la voz, Espejo, fue uno de ellos, y sus ideas llevaron a Quito a ser la primera en América que expresó, en diferentes momentos de insurrección sus afanes de libertad, con la Declaración de Independencia del 10 de agosto de 1809, que fue sofocada con la masacre del 2 de agosto de 1810. En Venezuela, la rebelión fue el 21 de abril de 1810, y en mayo en la Provincia de la Plata, Uruguay y Paraguay; y, en septiembre comenzó la revolución independizadora en México. La definición de la libertad de Quito se dio el 24 de mayo de 1822, con tropas integradas con hombres de toda Latinoamérica en las faldas del Volcán Pichincha por la libertad de Quito; y que significara, como sostuvo Bolívar, sellar la independencia de Colombia. Proceso en el que el principal personaje ha sido el pueblo, pues es la acción y combate de las masas populares el factor decisivo para la victoria. La acción viril de los barrios, de ese firme Consejo de Vigilancia formado por hombres y mujeres del pueblo, de los batallones anónimos y desarmados, de las mujeres en sus casas, de los/as campesinos/as e indígenas en el campo, que supieron aupar y colaborar materialmente a los revolucionarios bolivarianos que buscan, a toda costa, terminar con el yugo de Europa.
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Aparece en las colecciones: Biblioteca A.S.H.

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