La necesidad de garantizar el derecho a la naturaleza establecido en art. 72 de la constitución de la república del Ecuador, por medio de reformas al Cootad, a fin de crear un fondo de sostenibilidad para la restauración de bosques nativos

Abstract

El Estado Ecuatoriano a través de la Constitución Política del año 1998 garantiza a favor de las personas el Derecho a la Naturaleza, mismo que en la actualidad forma parte de los derechos sobre los recursos naturales renovables y no renovables, como parte de la soberanía nacional. En la actualidad, la carta magna o Constitución Política del Ecuador a través de la reforma establecida en la asamblea constituyente de Montecristi en el año 2008, estableció que la naturaleza es sujeto de derechos y que por lo tanto cualquier persona o individuo puede manifestarse en favor de ella. La naturaleza en la actualidad es sujeto de múltiples afectaciones que provocan la perdida de los ecosistemas y de su biodiversidad, lo que genera efectos negativos en los derechos que el Estado garantiza, como es vivir en un Ambiente sano, libre y equilibrado, sustentable, sin ningún tipo de contaminación; y de igual manera afecta el derecho que tiene la naturaleza a ser cuidada, conservada y de mantener su capacidad regenerativa. Los derechos de la naturaleza están garantizados desde la Constitución de la República del Ecuador, y los derechos en favor de las personas a vivir en un ambiente sano, están establecidos en los instrumentos internacionales que garantizan los derechos humanos a un desarrollo integral. Nuestro Estado en su constitución política, garantiza en el artículo 72, el derecho a la restauración de la naturaleza, y por ende de los bosques nativos, que entre una de sus actividades principales está la reforestación, la misma que para poder garantizar el cumplimiento de los derechos de la naturaleza, debe ser llevada de forma técnica y permanente por los Gobiernos Autónomos Descentralizados. A través de sus facultades legislativas deben crear tasas, a fin de obtener recursos permanentes, para alcanzar el fin de la restauración de las áreas o superficies degradadas, para garantizar los derechos de la naturaleza.