“NECESIDAD DE REFORMAR EL Art. 79, CAPITULO I DE LAS INFRACCIONES Y PENAS, DE LA LEY FORESTAL Y DE CONSERVACIÓN DE ÁREAS NATURALES Y VIDA SILVESTRE, EN CUANTO A LAS SANCIONES ESTABLECIDAS”

Abstract

Los problemas ambientales en el Ecuador, seguirán aumentando, poniendo en riesgo la salud humana, la vida silvestre y la vitalidad de los ecosistemas que son los cimientos de la vida actual y futura. El hombre, para satisfacer sus propias necesidades, incide o influye sobre el ambiente de diferentes maneras, utiliza el área natural y la transforma en espacio cultural, extrae recursos causando alteraciones a los sistemas naturales, como cuando saca madera de un bosque y daña árboles que no utiliza, o cuando los quema de forma irresponsable, solo por satisfacer su piromanía o sus ganas de destruir la naturaleza. Estos incendios que se han producido en este último tiempo en nuestro país han sido de gran magnitud, y a pesar de ello la justicia no encuentra responsables. Transforma para su provecho muchos recursos naturales generando, en la mayoría de los casos, desechos o basuras que contaminan por su cantidad o sus características. Tanto en las ciudades, en el campo y en las áreas protegidas se da el incumplimiento de leyes y normas que buscan su conservación. Se trata de un problema complejo en el cual las causas y los responsables son muchos. En algunos casos por ignorancia, en otros, debido a intereses particulares o sectoriales entre los cuales se encuentra el egoísmo y la búsqueda de ganancias rápidas y desmedidas, sin tomar en cuenta que el daño que se le causa al ambiente es irreversible y que eso les dejaremos como herencia a las nuevas generaciones. Frente a esto debemos evitar de alguna manera las imprevisibles consecuencias que se producirán si mantenemos el sistema de consumo actual, esta problemática tiene que ser resuelta a través de una variedad de regulaciones, controles y sanciones que intenten frenar las infracciones desarrolladas por el hombre; aplicando verdaderas normas que favorezcan al ser humano y a la naturaleza en general y no a los infractores, de tal manera que sus derechos como se encuentran consagrados en la Constitución de la República, cobren plena vigencia.