Violencia física y psicológica en las familias de los barrios centrales del cantón Gonzanamá en el periodo enero a julio de 2015 y la intervención del trabajador social

Abstract

El sistema de relacionamiento entre personas se ha ido desenvolviendo como una espiral cuya base de violencia se ha acrecentado más y más; En la investigación denominada “VIOLENCIA FÍSICA Y PSICOLÓGICA EN LAS FAMILIAS DE LOS BARRIOS CENTRALES DEL CANTÓN GONZANAMÁ EN EL PERIODO ENERO A JULIO DE 2015 Y LA INTERVENCIÓN DEL TRABAJADOR SOCIAL”; que está enfocada a visibilizar la problemática de la violencia en las familia del cantón Gonzanamá, podemos identificar que el sistema de relacionamiento social genera elevados porcentajes de agresión, cuyos fundamentos son por defender sus principios, por falta de comunicación, por problemas de alcohol; en este tipo de relacionamiento social, se puede percibir como otra causa de agresión la jerarquía o poder del cual abusan, convirtiéndose en una violación flagrante de los derechos humanos. Este problema se agrava cuando a pesar de ser víctimas lo invisibilizamos y lo convertimos en un acto natural, aceptándola tal y como se da, negándonos a la denuncia o a pedir apoyo para salir adelante. En esta investigación se identifica que en su mayoría las personas sostienen que no se informa la violencia por cuanto aún no la consideran como hecho importante en su desarrollo físico o psico-social, manteniendo justificaciones arcaicas, androcéntricas en donde el hombre tiene aún el derecho de maltratarlas. El sentimiento de vergüenza, de miedo y temor a la burla, son indicadores que obligan a las personas a mantener en silencio los hechos de violencia, entendiéndose que aún la sociedad ve la violencia como algo normal y cotidiano, siendo aún peor el encubrimiento del agresor. En esta perspectiva la acción metodológica del Trabajo Social implica la construcción de nuevos actores sociales, acción que se enmarca en el desarrollo a escala humana, siendo de vital importancia nuestra intervención por cuanto conlleva al cambio de mentalidad en donde las personas sean quienes mediante la capacitación establezcan alternativas de solución a este gran problema de violencia, entendiéndose que el Trabajo Social no da soluciones sino propone alternativas de solución basadas en un diagnóstico de la realidad que sirve de base para poder identificar fortalezas humanas y del contexto, para luego potenciarlas.