LAS INFORMACIONES NOCIVAS DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN SOCIAL Y LAS LIMITACIONES DEL CÓDIGO DE LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA EN CUANTO A PROTEGER LA PROBIDAD PSICOLÓGICA Y MORAL DE LOS MENORES. PROPUESTA DE REFORMA

Abstract

La presente tesis se enfoca a las medidas socioeducativas y jurídicas establecidas en el Código de la Niñez y Adolescencia para sancionar a los medios de comunicación que influyen con los diferentes programas a los niños, niñas y adolescentes en su conducta, las mismas que no son eficaces para evitar de algún modo que a adolescentes que ya han cometido actos y que han sido sancionados no vuelvan a reincidir en el cometimiento delos mismos, y aún más graves afectando la integridad de la familia y la seguridad de la sociedad en general. Especialmente en nuestro país los niños, niñas y adolescentes gozan de muchos beneficios los mismos que son utilizados de manera equivocada ya sea por los mismos adolescentes especialmente o personas allegadas a ellos para obligarlos a cometer graves actos, como robo, tráfico, venta y consumo de drogas y en ciertos casos violaciones y asesinatos, especialmente los adolescentes, influenciados por los medios de comunicación, afectando el bien jurídico protegido de los menores, la moral y el desarrollo psicológico, bien jurídico establecido como derecho en la Constitución de la República del Ecuador, como son: a la vida, a la integridad física y psíquica, a la seguridad social, al desarrollo integral, la estructura moral y social de la familia de los niños, niñas y adolescentes, siendo los protegidos por el Estado. 3 Es indudable que, del conjunto de medidas posibles para bajar la influencia de los medios de comunicación, actualmente existe la Ley Orgánica de Comunicación, que regula las programaciones de los medios de comunicación masivos y las medidas más inmediatas y sencillas de implementar, sin embargo, está ampliamente demostrado en la experiencia mundial que la amenaza de una sanción para los adolescentes mayores, por sí misma, no resuelve el problema. Más disuasor es, en cambio, que quien está influenciado por los programas nocivos y cometan actos que necesariamente deben ser sancionados los medios que mantienen éstos programas sean sancionados, en una proporción alta de los programas difundidos. Para que ello sea posible, se requiere contar con una infraestructura social, para ello el Estado y organismos e instituciones tomen las medidas más eficientes para tratar erradicar los problemas nocivos que afectan la moral y el desarrollo psíquico de los niños, niñas y adolescentes, tarea de mediano plazo que, sin embargo, debe ser inmediatamente encarada. Porque habida cuenta de la actual situación social y de los institutos de los niños, niñas y adolescentes (que están más cerca de socializar en el problema que de reinsertar productivamente en la sociedad a los afectados), apelar como remedio meramente a sancionar a chicos cada vez más jóvenes, sólo servirá para cargarlos de más resentimiento y perfeccionarlos en la vía social. Lo que la sociedad reclama, sobre todo, es que el hecho sea tratado y no suceda, que la situación de violencia no se produzca y sea resultado de los programas nocivos de los medios de comunicación. 4 También es necesario y posible ayudar desde ahora a recrear las asociaciones civiles en los barrios y atraer a los jóvenes a tareas socialmente útiles, que recompongan la carencia de perspectivas de futuro que padecen tantos jóvenes y que los motiva para adoptar conductas sociales y no violentas. Se sostiene que existe un “vacío jurídico” en la legislación social respecto a las medidas socioeducativas establecidas para sancionar a los niños, niñas y adolescentes que han sido influenciados por los programas nocivos.