Técnica centellográfica para la realización de gammagrafía ósea de tres fases

Abstract

La ciencia de la medicina nuclear es muy amplia y vale recalcar su uso en la aplicación de la gammagrafía ya que por sus múltiples beneficios en el ámbito de la medicina ha ganado un amplio campo médico-científico de ahí que la gammagrafía es una especialidad muy importante puesto que nos brinda una valiosa información diagnóstica, gracias a la gran sensibilidad frente a otras modalidades de diagnóstico por imagen.

Gracias a la gammagrafía se ha alcanzado un amplio screening en la aplicación para el estudio de patología ósea, puesto que brinda un amplio rango de especificidad y sensibilidad diagnóstica para la valoración de lesiones metastásicas por cáncer, inflamaciones, infecciones óseas, lesiones muy incipientes que son difíciles de estudiar en otras modalidades diagnósticas, así como también en el estudio de todo tipo de lesiones degenerativas del sistema óseo, de ahí que una de las razones importantes para la realización de este trabajo investigativo, con el que se pretende brindar una guía técnica que servirá de referente bibliográfico para conocer su uso y su amplio beneficio diagnóstico.

La medicina nuclear inicia su desarrollo como especialidad a finales de los años 40, momento en el que se decide utilizar la energía nuclear con fines médicos. En 1946 se construye el primer Reactor productor de Radionúclidos, y en 1951 se construye el SCANNER con cristal de centelleo con yoduro sódico, que permite realizar las primeras gammagrafías.

“La medicina nuclear ha sido a menudo considerada una especialidad de búsqueda de las llamadas [balas mágicas] para identificar y tal vez tratar enfermedades. Los inicios de la búsqueda de *[balas mágicas] en medicina pueden situarse en 1904, cuando Enrlich y Kiyoshi, en Alemania, trataron un ratón afectado con tripanosomas mediante la simple inyección de una tintura roja. Mas adelante, el Salvarsán (arsfenamina) constituyo la primera [bala mágica] terapéutica dirigida a una enfermedad determinada. En este enfoque de la práctica médica está implícito identificar enfermedades específicas. Al principio, se consideraba que la medicina nuclear constituía la búsqueda de [balas mágicas] para ser inyectadas al paciente con el objeto de identificar la enfermedad. Hoy en día la Medicina Nuclear hace posible una nueva y completa definición de enfermedad, desde su identificación hasta el tratamiento individualizado de los pacientes, utilizando trazadores radiactivos y obteniendo imágenes moleculares”.

“La Gammagrafía a diferencia de la radiología en la que una máquina expulsa unos rayos X a través del cuerpo, en este caso la sustancia radiactiva es inyectada o inhalada por el paciente y es desde dentro del cuerpo desde donde se genera la radioactividad, siendo captada por una máquina quien analiza y computa los datos obtenidos y lo expresa como una imagen que luego ha de ser valorada por un experto en Medicina Nuclear. Las gammagrafías no suelen tener la nitidez morfológica de las pruebas que emplean Rayos X, sin embargo pueden aportar otra información adicional que puede servir al médico a adoptar distintas actitudes en relación con la enfermedad”.

“Los procedimientos de Medicina Nuclear tienen como objeto obtener información diagnóstica, por medio de la observación y registro de la distribución en el organismo de trazadores específicos administrados al paciente y detectados mediante equipos especiales. Algunos de estos radiofármacos, aplicados en dosis altas, son utilizados con fines terapéuticos para determinadas patologías. Los procedimientos diagnósticos en Medicina Nuclear son poco invasivos y generalmente bien tolerados, debidos a que los contrastes carecen de efectos farmacológicos y que desde el punto de vista de protección radiológica los riesgos derivados de su aplicación son prácticamente despreciables. Estas exploraciones se aplican en el estudio de una gran variedad de sistemas, como el osteoarticular, genitourinario, digestivo, cardiovascular, respiratorio, endocrino y cerebral. En el área oncológica las indicaciones de las gammagrafías son muy extensas y dentro de la patología benigna abarcan un gran número de procesos, de tipo reumático, infeccioso, vascular, degenerativo, o la valoración funcional de determinados órganos como el riñón, corazón, pulmón, hígado y aparato digestivo. Entre la patología benigna más estudiada se encuentra la necrosis ósea, y procesos patológicos articulares”.

“La gammagrafía ósea es uno de los estudios mas frecuentes en Medicina Nuclear desde que Subramanian y McAfee desarrollaron, en 1971, los 99mTc-Polifosfatos para obtener los rastreos óseos. El radiofármaco mas utilizado es el 99mTc-Difosfonato. Las características físicas del 99mTc, las nuevas gamma cámaras con posibilidades rotatorias (SPECT) de uno o varios cabezales y los adelantos en las computadoras han proporcionado mayor rendimiento diagnóstico a la gammagrafía ósea”.

La gamma-grafía ósea es un método de diagnóstico no invasivo de alta sensibilidad que sirve para detectar un amplio espectro de enfermedades óseas. Es uno de los procedimientos más confiables y efectivos de la medicina nuclear, en la que una sustancia radiactiva es inyectada al paciente y es desde el interior del organismo donde se genera la radioactividad, siendo captada por la gamma-cámara, quien analiza y computa los datos obtenidos y lo expresa como una imagen. Entre las principales indicaciones para este estudio tenemos, las Neoplasias primarias benignas o malignas, Metástasis Óseas, Osteomielitis, Osteoartritis, Control de prótesis, Control de injertos óseos, Osteomalacia Dolor óseo inexplicado, persistente o rebelde al tratamiento y Fracturas por estrés.