Plan de emergencia para la carrera de Ingeniería Agrícola del Área Agropecuaria y de Recursos Naturales Renovables de la Universidad Nacional de Loja ante la ocurrencia de eventos adversos

Abstract

La realidad mundial en cuanto a los eventos adversos es muy amplia, pero refleja que son muchos los impactos generados en la humanidad, lo que ha permitido registrar a lo largo de los años sus efectos, secuelas y consecuencias como pérdida de vidas humanas, heridos, desaparecidos, damnificados, comunidades aisladas, producción económica afectada, destrucción de infraestructura física, servicios básicos colapsados, y la desorganización social. Los eventos adversos, sean estos de origen natural como provocados por el hombre dejan una honda huella en la humanidad; así los terremotos, tsunamis, vientos huracanados, deslaves, inundaciones, incendios y atentados terroristas, hacen vulnerables a todas las poblaciones del mundo.

Nuestro país que está ubicado en el denominado cinturón de Fuego del Pacífico; en la zona de mayor riesgo sísmico en el mundo, ya históricamente ha sufrido grandes tragedias, como en el terremoto de Ambato (1949) y se presagian graves problemas como las posibles y probables erupciones volcánicas. Por otra parte, el fenómeno del Niño y las fuertes lluvias en temporada invernal, creadoras de grandes inundaciones, deslaves, angustia, pérdidas económicas y de vidas humanas, como sucede ya frecuentemente anualmente en nuestro país y provincia. Estos hechos demandan mi preocupación y permiten fácilmente derramar esfuerzos para contribuir en parte a la problemática.

La Constitución vigente de nuestro país en su artículo 389 referente a la Gestión del Riesgo, pretende incorporar políticas importantes de protección al colectivo ante eventos adversos y desastres, promoviendo literalmente en este documento, que se encaminen acciones y se logre minimizar la pérdida de vidas humanas ante estos sucesos. Lo que no sería posible sin ejecución y desarrollo de planes de emergencia y contingencia, que permitan identificar y reducir riesgos que se puedan generar en cualquier entorno social y natural; además sean los encargados de incorporar la prevención y preparación como componentes importantes de Gestión del Riesgo y fenómenos a cultivarse en la cultura ciudadana.

Es importante entender que en cualquier lugar en el que nos encontremos desarrollando cualquier actividad, oficio u profesión, no estamos libres de que pueda ocurrir cualquier tipo de evento adverso y este sea el agente generador de emergencias y desastres tanto locales, provinciales y nacionales. Pero si podemos responder favorablemente y eficientemente ante su ocurrencia, es decir, hacer uso de un importante componente del manejo de estos eventos, como lo es la preparación.

La finalidad con que se desarrolló el presente plan es para que quede implementado en nuestra propia casa, como lo es la Universidad Nacional de Loja; el “Plan de Emergencia ante la ocurrencia de Eventos Adversos”, empezando primero en nuestro entorno y de esta manera contribuyendo a dejar en tierra fértil la semilla que haga florecer el ejemplo en nuestra provincia, además haciendo conocer y difundiendo esta nueva cultura en desarrollo, que ansía ser aplicada en instituciones públicas y privadas que acogen al conglomerado social. Su ejecución nos ha permitido aprender haciendo lo que ya en nuestra vida profesional resultará de demanda, proceso que es de mucha importancia también para mi incorporación como Tecnólogo en Emergencias y Desastres, dejando la presente propuesta y a la vez exigir su ejecución, promoviendo el fiel compromiso por parte de nuestras autoridades universitarias ante la vida.

Los beneficios sociales de la aplicación de un Plan de Emergencia en la Universidad Nacional de Loja son muchos, dejan un importante frente para combatir las amenazas globales presentes y hacer uso de un entorno más seguro, con menos riesgos para la población estudiantil, docente, administrativa de nuestro querido plantel educativo, contribuyendo así a que menos vidas se pierdan e incremente un buen nivel de respuesta ante los eventos adversos.