FORTALECIMIENTO DEL ACCIONAR DEL TRABAJADOR/A SOCIAL EN LOS PROCESOS DE DESARROLLO LOCAL

Abstract

Un cambio de época como la que nos ha correspondido vivir, demanda la formación de liderazgos y gerentes/as con nuevas actitudes, habilidades, destrezas y saberes abre puertas para nuevas funciones, tareas, modos de actuar y de orientarse en la vida. Ante estas nuevas demandas, los programas de formación de gerentes/as y líderes-lideresas sociales requieren replantear su enfoque de educación, formación y capacitación asegurando sustento pedagógico a sus procesos, enriqueciendo críticamente con los enfoques contemporáneos de la pedagogía, la comunicación, la cultura y otros múltiples del saber actual. Los cambios de énfasis en los enfoques sobre el aprendizaje traen consecuencias sobre manera de encarar los procesos de formación de Gerentes/as Sociales. Suponen el reconocimiento de que los nuevos requerimientos sociales se presentan en formas distintas. Han alcanzado niveles diferentes de desarrollo cognitivo y han adquirido habilidades para aprender según sus experiencias y contextos culturales. En consecuencia, las propuestas de formación necesitan partir del reconocimiento de la diversidad del territorio y a su vez de sus potencialidades. El/a Gerente/a Social debe tener muy en cuenta que el desarrollo local es un método que pretende la evolución del territorio por medio de un proceso de movilización de los recursos endógenos-esto es, los propios de un territorio o de una cultura al servicio de una promoción social y personal de la comunidad local. Su consecución se logra asumiendo iniciativas de empleo y desarrollo compatibles con la conservación de su patrimonio cultural y natural. Esto implica que la sociedad local, a través de sus órganos de representación institucional, de sus organizaciones sociales o de forma individual, asume el protagonismo de plantear propuestas para solucionar. Sobre el origen del surgimiento de la iniciativa podemos establecer dos consideraciones: En primer lugar las iniciativas autónomas y espontaneas de naturaleza privada que surgen en determinado lugar como consecuencia de la capacidad de una persona o de un grupo social, organizando para solventar algún problema sin relación previa de alguna institución. En segundo lugar las iniciativas que surgen como consecuencia del estimulo que provoca una intervención institucional, por tanto, la naturaleza pública, al proponerse como objetivo, precisamente, desencadenar el surgimiento de las iniciativas privadas, para nosotros/as este segundo caso requiere la elaboración de una estrategia para planificar y gestionar el proceso, es decir, un Plan de Desarrollo Local. Aún teniendo en consideración el interés que se presta actualmente el desarrollo local, no se ha generado un modelo de actuación pública que se pueda proponer como tipo para quienes deseen emprender esta estrategia de desarrollo. Actualmente en nuestro país las políticas de desarrollo pretenden superar los desequilibrios por medio de la promoción, fomento y desarrollo de todos los territorios con potenciales endógenos, haciendo abstracción de la polarización del desarrollo tradicional, propios de los años sesenta o setenta, para plantear una estrategia de difusión y multipolaridad. Dar paso al desarrollo difuso desde el ámbito territorial. Tomando en cuenta este referente podemos anotar que le las limitaciones del quehacer de los/as Trabajadores/as Sociales es la ejecución efectiva de las políticas sociales que permiten generar desarrollo local, pues, el gobierno tiene la responsabilidad de la aplicación de las Políticas Sociales, una gran asignatura pendiente, debe reemplazarse su rol paternalista que solo fomenta el clientelismo y planificar desde una modalidad participante, evitando financiar proyectos que como ofertas se estructuran en forma aislada. Otro punto importante es la asignación del presupuesto para cumplir con la implementación de las Políticas Sociales o Gasto Social.